jueves, 17 de marzo de 2016

Don Quijote del siglo XXI por Lucia Roldán de 6ªA



“Don Quijote del siglo XXI”

CAPÍTULO I: ALONSO

En un lugar de Madrid, de cuyo nombre no quiero acordarme vivía un joven muchacho llamado Alonso. Alonso tendría unos veinticinco años era alto y delgado con cabello castaño y ojos azules. Provenía de una familia rica. Acababa de terminar la carrera de medicina, era muy buen estudiante y le encantaban los libros. Él se esforzaba mucho por hacer un mundo mejor.
Alonso vivía con su hermana María. Pero ella casi nunca estaba en la casa debido a su trabajo. Él estaba en paro, y como no tenía nada que hacer iba a manifestaciones contra la contaminación, contra la desigualdad de sexo…
Alonso estaba enamorado de una joven modelo llamada Isabel, que antes había sido una amiga.Ella también se fijaba en él, pero ninguno se atrevía a hablar.
Un día sentado en el sofá viendo la tele se enteró de que su “amada” murió por culpa  de su novio, que la mató por violencia de género. En ese momento se le derramó una lágrima por la mejilla que él rápidamente se secó. Fue corriendo escaleras abajo y cogió su bici, a esta le tenía mucho cariño por eso le puso el nombre de Rocinante basado en su libro favorito Don Quijote. En ese momento se propuso cambiar el mundo. Aunque era casi imposible él tenía un poquito de fe.
El primer día invitó a unos veinte mendigos  a comer a su casa preparó una exquisita cena con primer y segundo plato y el postre. Cuando terminó la cena se dio cuenta de que no podía hacer ese trabajo solo necesitaba a un escudero. Días después encontró uno perfecto era su antiguo hermanastro. Este se llamaba Mario y era taxista. Mario era un hombre bajito y gordito, también era campechano y miserable.
-          ¿Qué haces aquí Alonso?
-          Quiero ofrecerte un trabajo de ayudante
-          ¿Qué dice?- pensó- bueno, y… ¿cuánto me vas a pagar?
-          Te pagaré pero no se cuanto
-          Pues veme dando un adelanto que al buen pagador no le duelen las prendas.
-          De acuerdo.
En ese momento sacó dos billetes de cincuenta del bolsillo y se los dio a Mario. 
-          Gracias , más vale un “toma” que dos “te daré”
Entonces  Mario fue a coger su bici y los dos fueron dando un paseo. Mario preguntó:
-          ¿Qué se supone que vamos a hacer?
-          Iremos por todo Madrid, o fuera quién sabe, y ayudaremos a los pobres, lucharemos contra la contaminación…
-          Bueeeeeno, si me paga- pensó
-          Y ¿Qué te parece? –dijo alonso
Mario se calló y siguieron pedaleando a saber donde iban a llegar parar, solo pedaleaban, seguramente Mario en el dinero que Alonso le iba a pagar y Alonso en Isabel.









CAPÍTULO II: UN NUEVO MUNDO

Mario y alonso vivieron muchas aventuras por así decirlo. Ayudaron a mucha gente, pero todavía no se esperaban lo mejor. Había una compañía que se había fijado mucho en ellos, le gustaba su forma de actuar y querían que trabajaran con ellos.
Un día cuando estaban dándole dinero a un pobre tocaron la espalda de Alonso era el jefe de una ONG llamada “de lo peor a lo mejor”.
-          Hola ¿usted es alonso?
-          Si, ¿qué quiere usted?
-          Pues llevo un tiempo observándolo y me parece que es muy solidario y me gustarí…
-          Fía, fía; pero sólo en Dios y en Santa María- dijo Mario susurrando
-           Yo me fiaré de quien yo quiera.
-           Y ¿qué le parece?- dijo el jefe
-          Aceptamos
-          Hmm- interrumpió Mario- ¿nos va a pagar o no?
-          Si usted quiere
-          De acuerdo en ese caso ¿cuándo empezamos?
En la ONG hicieron muchas cosas relacionadas con la solidaridad y a Mario se le olvidó por completo el dinero. Pero hay una cosa que resaltó. Consiguieron eliminar la contaminación de Madrid. Hicieron varias campañas, corriendo, en bici e incluso hablaron con el Rey y él aceptó el trato que fue dejar los coches, fábricas, etc. parados durante un fin de semana. Ese fin de semana diluvió y la contaminación bajó un 50%.
Hicieron lo mismo con las ciudades más contaminadas Toledo, Málaga, Barcelona…
Y todas bajaron en un 25, 50 %. Y ese año hubo muy buenas cosechas y los ricos solidarios vendieron cosechas a los pobre y estos ofrecieron su ayuda. Mario y Alonso se dieron cuenta de lo que dos insignificantes personas habían hecho a otro insignificante aunque gran país.
En ese momento mirando los dos la puesta de sol dijeron:
-          Alonso ¿te has dado cuenta de lo que hemos hecho?
-          Si hemos cambiado un poco el mundo.
-          Lo sé y es muy satisfaciente
-          Muchos pocos hacen un mucho.
Entonces los dos se rieron.
Pero aquí no termina la historia, como buen libro de Don Quijote debe tener dos partes.
Espera y verás.


¿FIN?



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